Cuando nuestro cuerpo está vital, fuerte, flexible, es más fácil que los aspectos psíquicos estén equilibrados. Por ello es necesario ejercitarnos y hacer unas buenas asanas. Y esto en el embarazo hay que recalcarlo, porque tener una buena forma física no sólo nos ayuda durante la gestación sino que definitivamente nos prepara para el trabajo del parto.
Este momento requerirá tu energía tanto física, como mental y emocional. Durante el parto echarás mano de todas las habilidades que hayas ido cultivando: la flexibilidad, la fuerza, la resistencia, la conciencia de una buena postura, el movimiento pélvico y perineal, el enfoque, la concentración, la paciencia, el respeto hacia ti misma, la respiración, la relajación… ¿seguimos enumerando? Todo lo que tú seas estará presente antes, durante y después del parto. ¿Qué te parece empezar a trabajar ya?
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