martes, 1 de junio de 2010

Baddha Konasana: "El Sastre".

Esta postura, aunque se parece, es diferente de "la mariposa". En "la mariposa", una vez sentadas y sujetando los tobillos, subimos y bajamos las rodillas. En "el sastre", que es la que vamos a tratar hoy, vamos a conseguir mejorar la movilidad de las articulaciones de nuestra cadera relajando los músculos, no empujándolos. Es otra de las posturas especialmente interesantes durante la gestación, pues ayuda a preparar la pelvis para el parto. Además, la puedes practicar durante todo el embarazo.




Vamos a subrayar algunos beneficios:
* abre la pelvis mejorando el movimiento de sus articulaciones
* estira y flexibiliza la musculatura interna de los muslos
* mejora la circulación en toda la cadera, incluyendo los órganos reproductores
* ajusta la posición de la pelvis y mejora tu postura cotidiana
* por todo lo anterior, alivia en general el cuerpo sometido a tensión al pasar horas de pie o sentado (especialmente si no adoptas buenas posturas cotidianas)

Cómo practicarla:
1. Siéntate en el suelo procurando que tu espalda esté "recta", y relaja los hombros empujándolos un poco hacia abajo, y luego dejándolos caer. Dobla las rodillas y acerca tus pies hacia el perineo (el suelo pélvico) juntando ambas plantas. Posa tus manos con las palmas hacia arriba sobre tus rodillas. Ahora vamos a hacer ajustes importantes para poder trabajar cómodamente:
  • si te molesta la espalda siéntate pegada a la pared para usarla de respaldo
  • si no estás habituada a esta postura y acercas demasiado los pies la espalda tenderá a doblarse, así que si hace falta separa un poco los pies de tu cadera hasta que te encuentres cómoda
  • si tus muslos no tocan el suelo y sientes tensión, coloca un cojín debajo de cada uno de ellos. Verás que según vayas avanzando en tu práctica llegará un momento en que puedas quitarlos.
2. Mueve un poco tu cadera como si quisieras hacerla "rodar" sobre los isquiones (los huesos que apoyas al sentarte) buscando el "punto medio" en el cual te encuentras aún más cómoda. Relaja. Estira el cuello metiendo ligeramente la barbilla. Cierra tus ojos.
3. Inhala, mantén unos segundos, y exhala largamente. Presta ahora atención a tu respiración, hazla profunda, y con cada exhalación relaja un poco más las caderas y las ingles. Continúa así unos minutos sintiendo cómo las articulaciones van cediendo cada vez más.
4. Para salir, apoya tus manos en el suelo, haz una profunda inhalación, y con la exhalación desliza tus pies hacia delante hasta estirar completamente tus piernas.

Practica con frecuencia esta asana. Es estupenda.